EN TANTO QUE DE ROSA Y AZUCENA
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.
El poeta renacentista Garcilaso de la Vega (1501 ó 1503–1536), influenciado por los poetas italianos del siglo XV, particularmente Petrarca, introdujo nuevas formas poéticas en España. Entre éstas, se destaca en particular el soneto al estilo italiano.
Garcilaso, toledano de nacimiento, es descendiente de una familia prominente desde el Medioevo en las letras castellanas. El poeta, de alma sincera y exquisita—ha sido descrito como «dulce en los sentimientos de amor, vehementísimo en los de amistad, noble en las palabras, cortesano en las acciones» —, es el primero en incorporar a las letras castellanas la música y el clima espiritual de la poesía italiana, por un lado, y por otro, el fruto de su estudio de los poetas romanos Virgilio y Horacio. Su vida se desenvolvió entre la creación poética y la guerra, y murió joven sirviendo como maestre de campo bajo el emperador Carlos V.
Garcilaso escribió tres églogas, dos elegías, una epístola, cinco canciones, ocho canciones breves, y 38 sonetos al estilo italiano. La mayoría de sus poemas reflejan su pasión amorosa por doña Isabel Freyre, dama portuguesa que murió sin corresponder al amor secreto del poeta. Muchos de estos poemas figuran entre los más bellos y perdurables de la lírica hispánica.
En el «Soneto XXIII» (publicado en 1543), Garcilaso nos recuerda que la belleza humana es efímera. Es el tema de Carpe diem , frase de Horacio que significa «Recoge (los placeres del) día», pues la vida es breve.
Garcilaso, toledano de nacimiento, es descendiente de una familia prominente desde el Medioevo en las letras castellanas. El poeta, de alma sincera y exquisita—ha sido descrito como «dulce en los sentimientos de amor, vehementísimo en los de amistad, noble en las palabras, cortesano en las acciones» —, es el primero en incorporar a las letras castellanas la música y el clima espiritual de la poesía italiana, por un lado, y por otro, el fruto de su estudio de los poetas romanos Virgilio y Horacio. Su vida se desenvolvió entre la creación poética y la guerra, y murió joven sirviendo como maestre de campo bajo el emperador Carlos V.
Garcilaso escribió tres églogas, dos elegías, una epístola, cinco canciones, ocho canciones breves, y 38 sonetos al estilo italiano. La mayoría de sus poemas reflejan su pasión amorosa por doña Isabel Freyre, dama portuguesa que murió sin corresponder al amor secreto del poeta. Muchos de estos poemas figuran entre los más bellos y perdurables de la lírica hispánica.
En el «Soneto XXIII» (publicado en 1543), Garcilaso nos recuerda que la belleza humana es efímera. Es el tema de Carpe diem , frase de Horacio que significa «Recoge (los placeres del) día», pues la vida es breve.