MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO
Mientras por competir con tu cabello
oro bruñido al sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello,
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada
oro bruñido al sol relumbra en vano,
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente al lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano,
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello,
goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, más tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada
El poeta cordobés Luis de Argote y Góngora (1561–1627) no llegó nunca a publicar ningún elemento de su abundante obra, pero todas sus poesías se conocían en vida del poeta, pues pasaban de mano en mano en copias manuscritas. Góngora vivía en la corte de Felipe III, a quien sirvió de capellán real hasta el año anterior a su muerte. Usaba su apellido materno por razones estéticas—le parecía más lírico, y le encantaba por ser esdrújulo—aunque también se puede suponer cierta complacencia por parte de parientes maternos pudientes e influyentes. Su obra suscitó una ruidosa polémica. La polémica surge por la extremada dedicación al culteranismo de su obra. El culteranismo es un estilo que se caracteriza por sus latinismos, alusiones oscuras, extremadas hipérboles y complicadas metáforas. El culteranismo se conoce también como gongorismo, por ser Luis de Góngora su máximo exponente.
Góngora utilizó recursos estilísticos muy peculiares: primero, repetía muchos «cultismos», palabras cultas provenientes del latín o del griego, que no gozaban de uso general, y lo hacía a pesar del hecho de que ya existían en el idioma palabras corrientes del mismo significado; segundo, queriendo imitar la sintaxis del latín, se valía del hipérbaton, pues su afán era elevar el español a la misma dignidad poética de que gozaba el latín de Virgilio y de Horacio; y por fin, el jovial poeta se recreaba en un juego complicadísimo de metáforas. Su intento era crear un lenguaje poético distinto del normal, y nunca se propuso escribir para la generalidad de las personas. Decía: «Deseo hacer algo; no para los muchos», y defendía la oscuridad de su obra como algo útil y aun deleitable.
La poesía de Góngora creó inmediatamente escuela. Entre los que practicaban el gongorismo se destaca la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz. Pero a la vez, el culteranismo creó enemigos, entre los cuales sobresale el gran satírico de Góngora, Francisco de Quevedo.
A pesar de la polémica, una buena parte de los poemas de Góngora se consideran de los más bellos de toda la poesía española. Entre sus sonetos amorosos mejor ejecutados se halla el muy conocido «Mientras por competir con tu cabello». En él, el poeta evoca, mediante una descripción del objeto amoroso, el tema de Carpe diem , frase de Horacio que significa «Recoge (los placeres del) día», pues el tiempo es implacable, y al fin lo arrasa todo.
Góngora utilizó recursos estilísticos muy peculiares: primero, repetía muchos «cultismos», palabras cultas provenientes del latín o del griego, que no gozaban de uso general, y lo hacía a pesar del hecho de que ya existían en el idioma palabras corrientes del mismo significado; segundo, queriendo imitar la sintaxis del latín, se valía del hipérbaton, pues su afán era elevar el español a la misma dignidad poética de que gozaba el latín de Virgilio y de Horacio; y por fin, el jovial poeta se recreaba en un juego complicadísimo de metáforas. Su intento era crear un lenguaje poético distinto del normal, y nunca se propuso escribir para la generalidad de las personas. Decía: «Deseo hacer algo; no para los muchos», y defendía la oscuridad de su obra como algo útil y aun deleitable.
La poesía de Góngora creó inmediatamente escuela. Entre los que practicaban el gongorismo se destaca la poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz. Pero a la vez, el culteranismo creó enemigos, entre los cuales sobresale el gran satírico de Góngora, Francisco de Quevedo.
A pesar de la polémica, una buena parte de los poemas de Góngora se consideran de los más bellos de toda la poesía española. Entre sus sonetos amorosos mejor ejecutados se halla el muy conocido «Mientras por competir con tu cabello». En él, el poeta evoca, mediante una descripción del objeto amoroso, el tema de Carpe diem , frase de Horacio que significa «Recoge (los placeres del) día», pues el tiempo es implacable, y al fin lo arrasa todo.